Yungay, ubicada en la región de Áncash, Perú, es una ciudad con una historia marcada por la tragedia y la resiliencia. Fundada originalmente en 1540 como Santo Domingo de Yungay, la ciudad fue devastada por un alud causado por el terremoto de Áncash en 1970, que sepultó la antigua ciudad bajo toneladas de hielo y rocas desprendidas del nevado Huascarán. Este desastre natural resultó en la pérdida de más de 20,000 vidas, dejando una profunda huella en la memoria colectiva de la región. Hoy en día, Yungay ha sido reconstruida como Nueva Yungay, situada a unos kilómetros al norte del sitio original, y se ha convertido en un símbolo de la capacidad de recuperación y la esperanza de sus habitantes.
Rodeada por el impresionante paisaje de la Cordillera Blanca y el Parque Nacional Huascarán, Yungay ofrece a los visitantes una combinación única de belleza natural y patrimonio histórico. El Campo Santo de Yungay, un cementerio y monumento conmemorativo, se erige como un recordatorio solemne de la tragedia de 1970 y es un lugar de visita obligada para quienes desean rendir homenaje a las víctimas. Además, la ciudad es un punto de partida ideal para explorar las maravillas naturales de la región, como la Laguna de Llanganuco y el nevado Huascarán. Con su clima agradable y su rica historia, Yungay es un destino que invita a la reflexión y la admiración.